Los ángulos complementarios son los que sumados son iguales al valor de un ángulo recto, es decir, un ángulo de 90 grados. En caso de que los lados que son comunes estén uno al lado del otro (consecutivos) el ángulo recto se apreciara, sin embargo no necesariamente los ángulos complementarios tienen que ser consecutivos, basta que la suma de ambos sea de 90º. Por ejemplo los dos ángulos no rectos de un triángulo rectángulo, son complementarios y no son consecutivos.

Para calcular la dimensión de un ángulo complementario se toma como referencia un ángulo recto y se le resta el primer ángulo al que se le busca el complemento. Entonces queda un ejemplo así: El ángulo recto es igual a 90° menos el ángulo que tenemos que es de 60°, el ángulo complementario es de 30°.
Siendo o no consecutivos, los ángulos complementarios siempre sumarán matemáticamente 90 grados. Habiendo entendido bien el ejemplo, el ángulo de 30 grados es el complemento del primero, dichos ángulos forman un triángulo rectángulo puesto que los ángulos en un triángulo rectángulo son uno de 90º y los otros dos deben sumar 90 con el del cateto adyacente y se multiplica por la hipotenusa. Por tanto, el seno de α es igual al coseno de β y el seno de β igual al coseno de α puesto que pertenecen al mismo triángulo rectángulo.
La diagonal de un rectángulo también configura ángulos complementarios (90°) con los lados adyacentes. La luz forma a través de un lente ángulos complementarios no consecutivos.