Huracan

Un Huracán es un viento muy fuerte originado sobre los mares tropicales, que gira en forma de remolino acarreando humedad en enormes cantidades y que al tocar aéreas pobladas, por lo general, causa daños destructivos.

El término de Huracán proviene del nombre que daban los indios Mayas al dios de las tormentas y a los espíritus diabólicos. Suele llamarse también ciclo tropical, incluso en otras regiones posee otra denominación: tifón (oeste del Pacífico), baguio (Filipinas), willy-willies (Australia), ciclón (extremo oriente), tanio (Haití) o cordonazo (América del Norte o Central).

Los huracanes presentan sistemas de vientos muy rápidos que se ocasionan en las zonas tropicales, cuando la temperatura de la superficie del mar es igual o superior a 27 ºC, y se intensifican en movimientos circulares alrededor de un centro de baja presión conocido como ojo del huracán, usualmente de 30 a 50 km de diámetro. Las bandas nubosas con el aire circulante giran en sentido contrario a las agujas del reloj en el hemisferio Norte, y a la inversa en el Sur.

Existen diversas regiones en donde nace la presencia de huracanes, tales como Mar Caribe, Golfo de México, Océano Atlántico Occidental, norte de Australia, golfo de Bengala, sur de Indonesia, Océano Pacífico Occidental, mar de Japón, mar de Arabia, entre otros. Las únicas aéreas oceánicas tropicales exentas de estos fenómenos son el Atlántico Sur y el Pacífico Sur.

Huracan

Los huracanes poseen vientos con velocidad superior a 118 km/h, la mayoría de veces vienen acompañado de lluvias torrenciales y mareas, siendo los fenómenos atmosféricos más poderosos y fuertes de la Tierra y pueden durar hasta dos semanas bajo condiciones atmosféricas adecuadas.

Suelen clasificarlos en 5 categorías de acuerdo a la escala de Saffir-Simpson, basada en la velocidad de los vientos y es utilizada en muchos países; se tienen como categoría 1 de 118 a 153 km/h, categoría 2 de 154 a 177 km/h, categoría 3 de 178 a 209 km/h, categoría 4 de 210 a 249 km/h, y categoría 5, mayor de 250 km/h.

Un huracán, no solo significa un impacto del aire, puede presentar efectos secundarios como oleajes, deslizamientos, inundaciones y tornados, arrastrado así agua, polvo, barro y objetos pesados que provocan daños humanos y materiales. Hoy en día, existen radares, dispositivos de registro marino y satélites meteorológicos que proporcionan datos suficientes para seguir los movimientos de cada huracán casi desde su formación.

Aunque los mejores sistemas de alerta han evitado o reducido las pérdidas de vida, los elementos meteorológicos, el crecimiento de la población, y establecimiento humano en las zonas costeras continúan elevando el riesgo de mortalidad. Además, los daños materiales siguen siendo grandes en esas zonas.

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