El mentalismo es un principio filosófico que se basa en la presencia de una realidad mental propia, de esencia diferente e independiente a lo corporal. En el aspecto psicológico este término abarca cualquier teoría que utilice conceptos como mente, espíritu, facultades mentales, etc., así como toda la psicología que requiera de la meditación.

El modelo mentalista surgió a finales del siglo 19, sus características principales fueron: La percepción de que el propósito de la psicología es la mente, sus condiciones y procesos. La percepción de que el procedimiento adecuado para su estudio es a través de la meditación. Por otro lado algunos consideran al mentalismo como una rama del ilusionismo, y que como ciencia escénica, es diferente e independiente de la magia y el ilusionismo. Durante las primeras etapas de la psicología científica y gracias a la influencia del dualismo cartesiano (mente-cuerpo) se originaron dos disyuntivas acerca de su propósito de estudio: El mentalista, que se fundamenta en lo mental, prestándole mayor interés a los actos del pensamiento. Y el Fisicalista, que se origina como contradicción de él mentalismo, y apoya únicamente a aquellos hechos que pueden ser observables de manera directa, esto condujo a la aparición del modelo conductista.
Las escuelas más destacadas incluidas en el modelo mentalista se encuentran la psicología experimental creada por Wundt, el Psicoanálisis, y la primera psicología diferencial creada por Galton y Binet. En conclusión, se puede definir al mentalismo como una alternativa teórica que considera a la mente como el propósito de la psicología, o que piensa que la conducta no puede ser comprendida sin la referencia de las técnicas mentales.