Salinidad

Es el contenido de sal disuelta en un cuerpo de agua. Dicho de otra manera, es válida la expresión salinidad para referirse al contenido salino en suelos o en agua. El sabor salado del agua se debe a que contiene cloruro de sodio. El porcentaje medio que existe en los océanos es de 10, 9 % (35 gramos por cada litro de agua). Además esta salinidad varía según la intensidad de la evaporación o el aporte de agua dulce de los ríos aumente en relación a la cantidad de agua. La acción y efecto de variar la salinidad se denomina saladura.

Salinidad

La salinidad fue definida en 1902 como la cantidad total en gramos de sustancias disueltas contenidas en un kilogramo de agua de mar, si todos los carbonatos se convierten en óxidos, todos los bromuros y los yoduros en los cloruros, y todas las sustancias orgánicas se han oxidados.

La salinidad es un factor ambiental de gran importancia, y en buena parte determina los tipos de organismo que pueden vivir en un cuerpo de agua. Las plantas adaptadas a condiciones salinas se llaman halófitas. Algunos organismos (mayormente bacterias) que pueden vivir en condiciones muy salinas se clasifican como halófilos extremófilos. De un organismo que puede vivir en un amplio rango de salinidades, se dice que es eurihalino.

Fuentes naturales:

  • El agua de lluvia: Este tipo de agua lleva en solución entre 5 y 30 mg/L de sales, lo cual supone una conductividad eléctrica entre 8 y 50 dS/m, pudiendo llegar a 50 mg/L en zonas costeras (80 dS/m).
  • Origen edafológico: Varios minerales del suelo pueden llegar a aportar cantidades significativas de sales a la solución del suelo. Por ejemplo, en zonas áridas y semiáridas dichas sales pueden proceder de minerales de origen evaporítico como algunos cloruros, sulfatos y carbonatos.
  • Sales fósiles: Su formación ocurrió bajo condiciones ambientales que favorecieron la concentración y consiguiente precipitación de sales a partir de aguas de origen marino o continental. Un claro ejemplo se puede observar en la parte central de la depresión del río Ebro, en la comarca de los Monegros (Aragón, España).
  • Aguas subterráneas: En general; presentan una concentración salina superior a las aguas superficiales debido principalmente a dos razones: al contacto prolongado, en condiciones favorables, con los minerales de las rocas, así como al contacto con las masas de agua salina del mar (intrusión marina) en las zonas costeras. En aquellas zonas donde los niveles freáticos son elevados, los cultivos pueden recibir aportes importantes de sales en la zona radicular, pudiendo producirse una salinización del suelo importante.

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